Aspectos legales y humanos de la identificación de los caídos en Malvinas

La Universidad del Aconcagua fue sede de una emotiva e importante conferencia a cargo del Dr. Manuel Pizarro, juez de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, especialista en Derecho Internacional y Derechos Humanos. Organizada en conjunto con el Observatorio Interuniversitario Cuestión Malvinas, la charla abordó el proceso de identificación de los soldados argentinos caídos en la Guerra de Malvinas, desde una mirada jurídica, histórica y profundamente humana.

Educación, memoria y soberanía

El Dr. Pizarro abrió su exposición resaltando el valor de tratar la causa Malvinas en el ámbito académico: “La educación siembra memoria”, expresó, destacando que la transmisión del conocimiento sobre Malvinas es una responsabilidad generacional y una forma concreta de construir soberanía.

Un capítulo silenciado

A través de un recorrido histórico riguroso, el Dr. Pizarro explicó cómo, tras la rendición del 14 de junio de 1982, los cuerpos de los combatientes argentinos quedaron diseminados en trincheras y campos de batalla sin ningún tratamiento humanitario ni identificación formal. Recién en 1983, un oficial británico —Geoffrey Cardozo— organizó el traslado y entierro de los restos en el cementerio de Darwin.

A pesar de esa tarea, casi dos tercios de las tumbas quedaron marcadas con la inscripción: “Soldado argentino solo conocido por Dios”.

El convenio que hizo historia

Gracias a años de trabajo diplomático, en 2017 se activó un convenio sin precedentes entre la Argentina, el Reino Unido y el Comité Internacional de la Cruz Roja. Equipos forenses argentinos y británicos —junto a veedores internacionales— llevaron adelante un proceso meticuloso y respetuoso de exhumación, análisis de ADN y reidentificación.

Hasta hoy, 114 soldados han sido identificados gracias a esta iniciativa, que se apoyó en la participación voluntaria de familiares y en el trabajo del Banco Nacional de Datos Genéticos.

Reconocimiento y políticas de Estado

Pizarro subrayó que esta labor fue posible gracias a la continuidad de políticas públicas a lo largo de distintos gobiernos democráticos, desde 1983 hasta la actualidad. “Hoy yacen 237 argentinos en Malvinas. No necesitan ser repatriados porque están en su patria. Y están identificados”, afirmó.

Un lugar donde dejar una flor

El cierre de la conferencia estuvo marcado por el relato de la madre de Gabino Ruiz Díaz, soldado correntino caído en combate. En su primer viaje a Malvinas, debió dejar flores en una cruz sin nombre. Años después, gracias al trabajo de identificación, pudo visitar la tumba de su hijo. “Las casualidades de la vida hicieron que fuera la que estaba justo al lado de donde había dejado sus flores años antes”, contó el expositor.