DERIG: Área de Género y Diversidad: “El machismo en los vínculos de pareja”


Se ha investigado bastante acerca del machismo y su violento impacto a nivel social. Pero, ¿cómo repercute esto en los vínculos de pareja?

Como sabemos, la sociedad en la que vivimos se caracteriza por ser machista. Al habernos criados en esta cultura, todas las personas reproducimos comportamientos de esta índole ya que los hemos “naturalizado”. La mayoría de las veces, lo hacemos sin darnos cuenta de ello.

En una pareja heterosexual (formada por un hombre y una mujer), el machismo pasa sutilmente desapercibido cuando el varón paga siempre las cenas con mujeres dando por supuesto que es lo que se espera de él. O cuando dice que “ayuda con las tareas del hogar”, asumiendo que eso es trabajo de la mujer. También cuando le cambia los pañales o le da la mamadera a su hija/o, y dice que “ayuda a cuidar las/os niñas/os”, dando por hecho que la encargada de cuidar y proteger es la madre. En esos casos, el hombre no “ayuda”, simplemente ejerce su paternidad. La maternidad y paternidad son una responsabilidad compartida. 

Además, cuando presuponemos la heterosexualidad de las personas, hay machismo. Por ejemplo, al preguntarte a una mujer “¿tenés novio?” o preguntarle a un varón “¿tenés novia?”. Lo correcto sería preguntar “¿estás en pareja?”.

Comúnmente se cree que en las parejas de personas del mismo género no hay ideas machistas, pero debemos saber que la cultura nos atraviesa, indistintamente de la orientación sexual. 

En relación a las parejas homosexuales, se reproduce el machismo cuando:

- Con respecto a la relación sexual, se sostiene la creencia de que una de las personas “hace de hombre” y la otra “de mujer”.

- En parejas de mujeres, se presupone que si una está de mal humor es porque le ha venido la menstruación.

- En el caso de tener hijas/os, se pregunta “¿quién es el padre y quién la madre?”. En ese caso simplemente hay dos papás o dos mamás. Sin embargo, existe la creencia errónea de que es necesario que una persona tenga “papá y mamá”.

También podemos detectar el machismo dentro de un grupo de gente que no es heterosexual cuando en el mismo se discrimina a los hombres “femeninos” o las mujeres “masculinas”.

Haberse criado en una sociedad machista no es excusa para seguir fomentando esa cultura, sino que justamente tenemos la oportunidad de detectar este tipo de violencia en nuestra vida cotidiana para no seguir reproduciéndola. Hay que “deconstruir” lo que se ha ido incorporando, poder cuestionarlo y aprender nuevas formas de vincularse.

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Autor: Mgter. Claudio Pilot (Referente del Área de Diversidad y Género - Facultad de Psicología)

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