DERIG: Área de Género y Diversidad: “Discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género"
Cada 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual, Identidad y Expresión de Género. Usualmente se emplean los términos “homofobia”, “lesbofobia”, “transfobia”, “bifobia” y demás, para referirse a la discriminación de las personas que no son cisgénero ni heterosexuales.
Con estos términos, se hace referencia al rechazo a la diversidad sexual. Es importante plantear que una “fobia” es un miedo irracional que paraliza, y presenta síntomas tales como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, respiración entrecortada, dolores de pecho y cabeza, sensación de ahogo, mareos, temblores, entre otros. Evidentemente, no le pasa todo esto a quien dice “soy homofóbico/a”. Entonces sepamos que el término “homofobia” (y sus variantes) no implica una fobia, sino que es una forma de discriminación, que se puede manifestar a través de repulsión, agresión física y/o verbal, y es una conducta aprendida.
Antes de continuar, es necesario mencionar que muchas personas creen que las identidades de género o las orientaciones sexuales “se eligen”. Pero es fundamental aclarar que no es posible elegirlas ni tampoco cambiarlas, no es correcto decir “elección sexual” sino “orientación sexual”.
El pensamiento binario cisheterosexual impregna la cultura, la sociedad, la división de roles y poderes. La existencia de la discriminación se origina en base a esta “norma social”. No nacemos discriminando, aprendemos a hacerlo. Por eso es muy importante la Educación Sexual Integral con perspectiva de género como herramienta para garantizar derechos.
Seguramente hemos escuchado o leído la frase “la homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia, sí”. Debemos saber que así como la homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia tampoco lo es. Rompamos con esta creencia para no estar “justificando” a las personas que discriminan con “el padecimiento de una enfermedad”. Lo que sucede es que socialmente queda mejor decir “soy homofóbica/o” antes que decir “discrimino y no acepto a quienes tienen una orientación sexual diferente a la mía”. Al decir “soy homofóbica/o”, se coloca la responsabilidad afuera, en otra persona, para no hacerse cargo de lo que se piensa o se siente.
La discriminación causa daño a las personas tanto a nivel físico como psicológico y atenta contra la igualdad de derechos y de oportunidades en una sociedad. Hablemos de “homoodio”, “transodio”, “lesboodio” y todos los demás odios que hay, usando estas palabras que visibilizan la violencia y la vulneración de derechos que, lamentablemente, siguen existiendo en nuestra sociedad. Llamemos a los “discursos de odio” por su nombre. No permitamos que la hipocresía social disfrace de “fobia” a la discriminación.


Autor: Mgter. Claudio Pilot (Referente del Área de Diversidad y Género - Facultad de Psicología)
Contacto: